viernes, 6 de mayo de 2011

Capítulo 3

3

Montamos los tres en el coche en completo silencio. Nos llevabamos la furgoneta de Rafa para poder cargar con todo. Las calles estaban bastante deshabitadas. Apenas encontramos a algunas personas que cargaban sus coches o miraban entre las cortinas hechadas de sus domicilios. Cuando nos acercamos al Mercadona algo raro estaba pasando. Había una gran concentración de gente en las puertas.

-¿Son zombies?- preguntó Elena poniendose en lo peor.
-No creo... pero para salir de dudas podemos acercarnos sin problemas. El parking da mucho juego a maniobrar en caso de que haya que salir por patas.- respondí mirando a aquella muchedumbre.
-Fijaos bien- añadio Isaac mientras les señalaba- parece que llevan palos algunos y otros parecen empujar carritos de la compra no creo que sean zombies precisamente.

Tenía razón sólo había que fijarse bien para darse cuenta de que eran personas normales y corrientes como nosotros. Aun así todavía se notaba a Elena algo nerviosa asique me acerque con sumo cuidado. La muchedumbre protestaba antes las puertas del centro comercial visiblemente nerviosa. Mientras los empleados intentaban infructuosamente que reinara la calma. La cosa no pintaba excesivamente bien, parecia que los nervios se habían apoderado de todos. Pronto empezaron los empujones violentos alguna de aquella gente estaba en el suelo sin conocimiento o quizas algo peor. Entonces sonaron cristales rotos, la marabunta entro en el supermercado empujandose y a golpes. No se veia a los trabajadores por ningun lado.

-¡Vamos!- gritó Isaac mientras se bajaba del coche.
-Ve con el Elena me quedo aquí por si intentan robarnos el coche.- le dije a mi novia mientras le pasaba la rama que usaba como arma.-

Isaac y Elena se adentraron entre la muchedumbre y pronto los perdí de vista. Esperaba no tardaran mucho..

. . .

Aquello era una locura. Miles de productos de toda índole estaban esparcidos por el suelo. Pisoteados, aplastados y rotos. Empezamos a recorrer los pasillos a gran velocidad. Elena me había cedido el palo pero se lo volví a entregar para coger un carrito de la compra cuyo dueño yacía en el suelo sangrando por la cabeza. Esto era una locura. Nos apresuramos a coger cosas de las mas esenciales. Comida la que pudimos acarrear sin importar si era fresca o enlatada. Ya nada importaba, se oian gritos por todos lados en el centro comercial. Parecía que iba a perder el juicio. Elena cogío compresas y tampones, champu, gel, desodorantes... Era increible cuan diferente pensabamos los hombres de las mujeres a veces.

Nos apresuramos hacía la salida. Las cajas para pagar abandonadas hacían de embudo y los empujones y carreras eran mas violentos en aquella parte del supermercado. Algunos se habían entretenido en saquear el dinero que guardaban las cajeras. Cuando porfin conseguímos salir localizamos a Dani con el motor en marcha esperandonos.

Al llegar hasta él, se bajó del coche y nos ayudó a cargar todo el contenido del carrito en el maletero. Cerramos y salimos cagando leches de aquel sitio de locos. La vuelta fue igual de tranquila que la ida. Apenas quedaba gente por las calles, salvo en las inmediaciones del polideportivo. No nos atrevimos a volver a pasar por delante del mismo. Pero las calles de cerca de el empezaban a estar preocupantemente infestadas de zombis.

. . .

Tenía los pelos de punta. Cuando nos montamos en la furgoneta mi cuerpo temblaba involuntariamente. ¿Cómo podía estar volviendose tan loca la gente?, ¿tan grave era la situación como para perder la compostura así de golpe?.

-Tranquila cariño. Todo va a salir bien.- repetía constantemente Dani para tranquilizarme mientras Isaac miraba abstraido por la ventana.- Tranquilizate.

¿Cómo cojones iba a salir todo bien con todos esos zombies danzando por ahí?.¿Pero este chico en que mundo vivé?. Pero tenía razón. Tenía que tranquilizarme como fuera. Al pasar por las cercanías del polideportivo el autocontrol se esfumó mucho más rápido de lo que me había costado tranquilizarme.

Llegamos al chalet. Aparcamos la furgoneta con el maletero pegado a la puerta que llevaba a la rampa del garaje. No había un alma en la calle. Me acerque a la puerta del garaje y tire de ella con fuerza. No se movió ni ápice. Dani e Isaac lo intentaron con identico resultado. Otra vez empezaba a ponerme nerviosa cuando Dani grito.

-¡¿Rafa, Marta, estais ahí?!-

Al momento se abrió la ventana del salón y asomó Marta.

-¡Enseguida bajo, ya hemos atrancado la puerta!- respondió y desapareció.

Unos minutos después y trás mucho sonido de maderas y metal la puerta se abrío hasta la mitad de su recorrido. Bajamos las provisiones rápidamente mientras Rafa subía a ayudarnos.

-¿Cómo ha ido la cosa?.- pregunto mientra cargaba un par de cajas de leche.-
- A la gente se le ha ido la cabeza tio- le respondio Isaac mientras cargaba un monton de latas en conserva.- Han asaltado el Mercadona justo cuando nosotros llegamos. Ha sido bastante caotico y por las inmediaciones del polideportivo hay bastante más actividad de zombies.-

Rafa nego con la cabeza con gesto de preocupación. Ya estaba todo practicamente descargado. Los chicos fueron a colocar los coches en forma de "U" para que hicieran de muralla entre la casa y la parte de fuera.

-¡Que demonios habeis hecho en nuestra ausencia!- grité mientras miraba alrededor.- Dios... si lo viera mi madre le daba un chungo.

No nos pudimos aguantar la risa después de tanta tension. La verdad esque se quedaba uno mucho más relajado después de reirse. Y no sin motivo. Todos sabiamos que en mi casa para mi madre el orden era más que sagrado.

-Solo hemos cambiado alguna cosa de sitio y bueno.. reutilizado alguna otra.- respondio Marta aun sonriente.- Vamos a colocar las provisiones y os voy contando.-

-Hemos pensado que lo mas seguro y logico es usar la planta primera. Estar en el garaje este, por muy habitable que sea no me termina de convencer.- empezó a decir Rafa mientras subia las escaleras cargado con algunas de las provisiones.- Aquí arriba tenemos el salón que es mucho mas amplio que el de abajo con la chimenea. Ya que calefacción no tenemos, ni tampoco electricidad con la que cocinar nos vendrá bien. Hay un monton de vajilla en la mesa que aún no habíamos llevado a la nueva casa, pero bueno no creo que sea un problema.-

-También esta la cocina y un baño en esta planta.- Agregó Marta.- y lo mejor esque aún no nos han cortado el agua. Por lo tanto hemos aprovechado y llenado los lavabos y bañeras de todas las plantas para tener agua corriente durante un tiempo. Aunque al final supongo se estancara...-

La verdad esque estaba bastante sorprendida por lo del agua. No se me había ocurrido que pronto dejarian de suministrarnos cosas tan básicas como la luz, el agua y demás.
Seguimos dando viajes de abajo a arriba subiendo la compra, si podía llamarse así a todo eso que nos habíamos llevado sin pagar, mientras Marta nos seguía contando.

-Hemos atrancado la puerta con un par de tablas de somier bastante resistentes. ¡Había de todo en el armario de las herramientas!- dijo satisfecha.-
-Tendriais que haber visto a doña "ferretera". - agrego Rafa con algo de ironía para picar a Marta.- le hacían los ojos chirivitas.-

-Serás idiota, si no fuera por mi aún estarias buscando como atrancarla.- le respondio Marta tirandole un paquete de pasta a la cabeza.- La cosa esque conseguimos fijar una de las tablas a la pared con el taladro de bateria de su padre. Que lo suyo nos costó porque apenas le quedaba. Y la otra tabla para que diera el largo del rail por donde corre la puerta la enganchamos a la primera con una pletina. De forma que ahora la puerta solo se abre hasta la mitad. Pero es super sencilla de encajar y desencajar. Hemos cegado las ventanas de abajo con tablas solo hasta la altura de la cara de forma que podamos ver rapidamente que pasa fuera. Pero si un bicho de esos se acerca hasta ella no nos podrá alcanzar.-

-¿Te has planteado empezar a llamarlos zombis?- pregunto Dani riendose mientras encendía la chimenea.-

-Zombis, bichos, seres, llamalo como quieras. Luego hemos empezado a desmontar la estanteria de hierro que hay en la rampa del garaje. Hemos bajado los dos sacos de dormir que había allí porque nos iban a ser de utilidad. Pero poco mas hemos encontrado que sirva. Con algunas planchas de metal hemos reforzado la entrada y la valla del jardin de atrás, que era la más endeble. Y bueno Rafa insiste en que los hierros que unen y sujetan las planchas no tienen desperdicio como arma.- comento Marta.

-Son un poco dificiles de manejar-Rafa sacó de detrás del sofa tres hierros de más o menos un metro de largo.- pero son bastante letales creo yo. Más que tu palo seguro Dani- dijo lanzandole uno de los hierros.-

-Podriamos usar nosotros los de hierro y dejarle a las chicas el bate y el palo que son mucho más manejables.- propuso Isaac mientras sopesaba uno de los hierros.-

-No es mala idea- contestó Rafa.

El resto asentimos en silencio. La idea de llevar un arma en parte me tranquilizaba. Pero en parte me aterrorizaba tener que llegar a usarla. Ya empezaba a anochecer cuando estendimos los sacos cerca de la chimenea y bajamos un par de colchones de arriba para poder dormir todos. Isaac propuso hechar las cortinas e indico que lo mejor sería cegar las ventanas del salón al menos en parte para evitar que la luz de la chimenea llamara la atención de los zombies. Y por fin parecía acabar, aquel día. Yo creo que el día mas largo de nuestras vidas.

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